sábado, 5 de noviembre de 2016

Soy la poesía que un día Él escribió



Un día pensaste en mi y tus pensamientos se hicieron poesía.

Entre versos y prosas, escribiste mis días expresando al máximo tus sentimientos, tus sueños. Y al terminar... susurraste en mis oídos esa manifestación de amor, te escuché y no tuve temor.

No sé qué hizo que olvidara ese poema que ecribiste en mi corazón, de hecho, si sé.... pero gracias por volver a recordármelo.

Recuerdo esas dulces y hermosas rimas que decías. Aún no creo que toda esa belleza se tratara de mi, pero estoy aprendiendo a caminar al ritmo de tus versos, estoy aprendiendo a hacer cada una de tus palabras parte de mi vida.

No recuerdo todo lo que me dijiste, pero si algunas cosas vienen a mi mente: dulzura, perdón, abundancia y amor.  Plenitud, paz, única y capaz. Fuerte y valiente.

¿Me puedes leer lo que ese día escribiste de mi? Mientras camino, te escucho. Mientras te escucho, se hace realidad.

Y es que empiezo a vivir en esa plenitud de la que tanto hablabas, empiezo a ver cada verso en mis mañanas y ¡tenías razón!, sabe mejor la vida así, contigo.

Gracias por escribir mis días con dulzura y amor, lo puedo sentir en cada segundo que pasa... y si en algún momento no lo siento, no negaré tu existencia... la buscaré y me aferraré a ella.