Por mucho tiempo pensé que era mejor que mis amigos. Nací en un hogar cristiano, visitaba la iglesia desde que tengo conocimiento, lo que quiere decir que conocía lo que era bueno y malo desde pequeña, al menos eso pensaba. Crecí con un temor a Dios errado, tenía miedo de hacer algo malo y que Dios me castigara, pero no tenía ese temor de respeto y amor que se merece.
De adolescente, podía visualizar el futuro de mis amigos; sabía en qué terminarían si seguían con ese tipo de vida. Me sentía excluida y alejada de todo lo malo, pues yo no bebía, no bailaba, no fumaba, no iba a discotecas, no escuchaba música del mundo y no hacía NADA incorrecto, al menos eso intentaba, aunque mi corazón estaba en otro lugar.
Crecí, y hasta hace poco tiempo, tenía ese mismo pensamiento en mi mente: "Yo estoy bien, ustedes están mal". La vida me enseñó muchas cosas, Dios me llevó por caminos donde pude abrir mis ojos y vi que "No soy mejor que tú". No hice lo que ustedes hacían, pero hacía cosas peores. No bailaba, pero mi corazón se lo entregaba al primero que me prometía amor y protección. No fumaba, pero de mi boca salían palabras que hirieron muchos corazones y muchas vidas fueron marcadas. No escuchaba "música del mundo" pero prestaba mis oídos a chismes y murmuraciones.
No soy mejor que tú! Tenía la verdad en mis manos y no fui el mejor ejemplo para ti. Asistía religiosamente a la iglesia, sábado tras sábado, domingo tras domingo, y el lunes no era el mejor ejemplo de iglesia que podías ver. Quizá te alejé de Dios por mi forma de ser. Fui egoísta, nunca compartí lo que era Jesús para mi, lo que ha hecho en mi vida y lo que podía hacer con la tuya. No fui la mejor Biblia que pudiste haber leído, ni el ejemplo de Jesús que merecías conocer.No soy mejor que tú, aunque a veces pensaba que si. Nunca te demostré mis debilidades, te mostré quizá un cristianismo distorsionado. La verdad es que, hasta yo necesitaba a Jesús en mi vida.
Me llegué a creer insignificante, no tenía una historia que contar, como la del hijo pródigo, que tuvo una vida descontrolada y al arrepentirse hacen fiesta en su casa, yo más bien era el hermano del hijo pródigo, siempre en casa haciendo "lo bueno", pero nadie conocía su corazón.
El domingo 15.12.13, desperté de toda esta mentira, pude ver mi condición, y pensé en esas personas que herí o aquellos que vi llegar a dónde sabia que llegarían, e hice esta oración:
"Dios mio! He dicho tener la verdad, más no la comparto. Veo a mis amigos caer, más no los levanto. Predico sobre Jesús, más no lo demuestro. Me arrepiento de todo, TE NECESITO" ... Ese día recibí a Jesús en mi vida, tanto tiempo esperándome como todo un caballero hasta que POR FIN le entregué mi corazón. Yo era una religiosa más, que hablaba de Jesús más no lo conocía. Creeme, no soy mejor que tú.
Y pues aquí estoy abriéndote mi corazón, perdóname por no ser esa Biblia, ese ejemplo de Jesús, esa representación de la iglesia que TU mereces conocer. Perdóname! y si necesitas a Jesús igual que yo, vuelve hacia arriba y personaliza la oración que hice, solo tú sabes tu condición y Él quiere escucharte.
Y cuenta conmigo!!!!! Esta vez haré lo posible para hacer lo que debí hacer antes.
De adolescente, podía visualizar el futuro de mis amigos; sabía en qué terminarían si seguían con ese tipo de vida. Me sentía excluida y alejada de todo lo malo, pues yo no bebía, no bailaba, no fumaba, no iba a discotecas, no escuchaba música del mundo y no hacía NADA incorrecto, al menos eso intentaba, aunque mi corazón estaba en otro lugar.
Crecí, y hasta hace poco tiempo, tenía ese mismo pensamiento en mi mente: "Yo estoy bien, ustedes están mal". La vida me enseñó muchas cosas, Dios me llevó por caminos donde pude abrir mis ojos y vi que "No soy mejor que tú". No hice lo que ustedes hacían, pero hacía cosas peores. No bailaba, pero mi corazón se lo entregaba al primero que me prometía amor y protección. No fumaba, pero de mi boca salían palabras que hirieron muchos corazones y muchas vidas fueron marcadas. No escuchaba "música del mundo" pero prestaba mis oídos a chismes y murmuraciones.
No soy mejor que tú! Tenía la verdad en mis manos y no fui el mejor ejemplo para ti. Asistía religiosamente a la iglesia, sábado tras sábado, domingo tras domingo, y el lunes no era el mejor ejemplo de iglesia que podías ver. Quizá te alejé de Dios por mi forma de ser. Fui egoísta, nunca compartí lo que era Jesús para mi, lo que ha hecho en mi vida y lo que podía hacer con la tuya. No fui la mejor Biblia que pudiste haber leído, ni el ejemplo de Jesús que merecías conocer.No soy mejor que tú, aunque a veces pensaba que si. Nunca te demostré mis debilidades, te mostré quizá un cristianismo distorsionado. La verdad es que, hasta yo necesitaba a Jesús en mi vida.
Me llegué a creer insignificante, no tenía una historia que contar, como la del hijo pródigo, que tuvo una vida descontrolada y al arrepentirse hacen fiesta en su casa, yo más bien era el hermano del hijo pródigo, siempre en casa haciendo "lo bueno", pero nadie conocía su corazón.
El domingo 15.12.13, desperté de toda esta mentira, pude ver mi condición, y pensé en esas personas que herí o aquellos que vi llegar a dónde sabia que llegarían, e hice esta oración:
"Dios mio! He dicho tener la verdad, más no la comparto. Veo a mis amigos caer, más no los levanto. Predico sobre Jesús, más no lo demuestro. Me arrepiento de todo, TE NECESITO" ... Ese día recibí a Jesús en mi vida, tanto tiempo esperándome como todo un caballero hasta que POR FIN le entregué mi corazón. Yo era una religiosa más, que hablaba de Jesús más no lo conocía. Creeme, no soy mejor que tú.
Y pues aquí estoy abriéndote mi corazón, perdóname por no ser esa Biblia, ese ejemplo de Jesús, esa representación de la iglesia que TU mereces conocer. Perdóname! y si necesitas a Jesús igual que yo, vuelve hacia arriba y personaliza la oración que hice, solo tú sabes tu condición y Él quiere escucharte.
Y cuenta conmigo!!!!! Esta vez haré lo posible para hacer lo que debí hacer antes.
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